Te mostramos cómo combinar cada tipo de queso con su vino ideal

Seguro que conocéis el término maridaje, una palabra que hace referencia a la pareja entre queso y vino que busca potenciar los sabores de ambos productos y generar combinaciones únicas y deliciosas. No existe un maridaje perfecto, pues, como todo en esta vida, depende de cada persona y sus gustos, pero en general se recomienda combinar sabores fuertes y suaves para equilibrar.

En otra entrada de nuestro blog para los más cheeselovers hablamos sobre cómo combinar queso y mermelada, una mezcla increíble de sabores que, si no conoces ya, cambiará tus picoteos. Hoy vamos a enseñaros algunas de las mejores parejas entre quesos y vinos para que saquéis el máximo partido a dos productos increíbles.

¿Por qué casan tan bien el vino y el queso?

vino y queso

Los maridajes no son algo nuevo, sino que se remontan a tiempos antiguos, y es posible que su origen venga de una costumbre que tenían los taberneros de ocultar los defectos de los vinos de mala calidad con una buena ración de queso, origen a su vez de la expresión “¡que no te la den con queso!”. Esto funcionaba porque las proteínas del queso ocultan las moléculas que dan el aroma al vino, al mismo tiempo que los taninos del vino, el componente responsable de su sabor y aroma, bloquean el sabor del queso. Sin embargo, existen excepciones y ahí es donde encontramos los maridajes que sirven para potenciar los sabores de ambos productos, sin que ninguno oculte al otro.

Como mencionábamos, no existe un maridaje perfecto para todo el mundo, ya que cada uno tiene sus gustos y también es divertido experimentar con los sabores y no quedarnos con lo establecido. Como normal general, los maridajes tratan de buscar un equilibrio de sabores, por ejemplo, los quesos fuertes casan muy bien con vinos dulces y potentes, mientras que para los quesos suaves se recomiendan vinos blancos secos, tintos jóvenes o cavas.

También se puede hacer una combinación sencilla, es decir, juntando un vino y un queso de la misma intensidad. Incluso hay quienes buscan combinar vinos y queso de la misma procedencia, ya que se harán bajo las mismas condiciones climáticas tanto para las plantas como para los animales.

Ahora que conocemos su origen y las claves para un maridaje ideal, vamos a proponeros algunas de nuestras combinaciones favoritas. ¡No os las perdáis!

Quesos cremosos con Chardonnay

quesos cremosos con vino

Los quesos cremosos, como el Brie, el Camembert o el Queso de Cabra CabeSota, encuentran su compañero ideal en vinos blancos, como el Chardonnay, Champagne o Rieslieng. En cambio, no es recomendable combinarlos con un vino tinto, pues el queso ocultará por completo el sabor del vino.

Quesos frescos con vinos dulces

Quesos como el de Burgos, el Cottage o el Feta son más suaves, por lo que el contrapunto perfecto lo ofrecen vinos dulces y afrutados con mucho aroma.

Quesos azules con vinos tintos

queso azul y vino tinto

Los quesos azules (Roquefort, Cabrales, Stilton…) se caracterizan por su fuerte sabor y una textura suave y se llevan muy bien con distintos vinos, como los tintos fuertes con cuerpo, los blancos jóvenes semi-secos e incluso algún vino espumoso y floral para equilibrar el potente sabor del queso.

Queso de oveja con vinos blancos

Al igual que sucede con los quesos cremosos de cabra, los quesos de oveja también combinan genial con vinos blancos secos o semi-secos con un ligero sabor afrutado. Si lo que tenemos es un Queso Curado de Oveja, entonces recomendamos acompañarlo de un vino tinto con intensidad.

Quesos duros con vinos tintos

Los quesos de oveja o de vaca más duros, como el Manchego o el Zamorano, están muy bien acompañados por vinos tintos estructurados con toques de madera, como los de La Rioja o un Cabernet Sauvignon.

Sea como sea y elijas lo que elijas, seguro que ese encuentro con amigos o esa cena especial en pareja, os deja a todos un buen sabor de boca al juntar dos de los productos que más nos gustan en España: ¡el vino y el queso! Atrévete a probar alguna de las combinaciones que hemos propuesto o experimenta a tu antojo.