Cómo conservar el queso curado y que dure más tiempo

Como sabéis, en Cabesota estamos especializados en la elaboración de quesos de forma tradicional. Y una de las exquisiteces más aplaudidas de nuestro catálogo es, sin duda, el queso curado de oveja Cabesota.

Como ocurre con toda buena delicia que se precie, es importante mantener su sabor, aroma e intensidad en perfecto estado. Pero, ¿cómo conseguirlo? Hoy os enseñaremos cómo conservar el queso curado intacto durante más tiempo, así que tomad nota y no perdáis detalle. Comenzamos:

Cómo conservar el queso curado

Si sois amantes de los quesos curados, sabréis que este alimento no para de evolucionar desde su elaboración hasta el momento de su consumo. Es por ello que, manteniendo el queso en las condiciones óptimas durante todo ese proceso, ayudaremos a que sus características sean las adecuadas llegado el momento del consumo.

Lo primero es la temperatura. Esta debe estar entre 5ºC y 10ºC, así como una humedad aproximada del 85-90%. Sin embargo, existen diferencias en función de cómo venga envuelto el producto y de los cortes que tenga.

Así pues, te mostramos cómo conservarlo debidamente, según si viene al vacío, en papel parafinado o cortado:

conservar queso curado oveja

Conservar al vacío

Cuando un queso viene envasado al vacío su curación se detiene. Por eso, en caso de haberlo comprado con intención de consumirlo unas semanas después, lo mejor es que lo mantengamos dentro del envase.

Si hemos retirado el envase, una buena opción sería sustituirlo por un trapo de cocina húmedo. La intención en este caso es que el queso esté protegido del frío seco del frigorífico.

Pero hemos de tener cuidado si nos decantamos por esta opción, sobre todo si la idea es conservarlo durante mucho tiempo. Y es que la humedad puede derivar en el desarrollo de moho. Por ello, si queremos conservar un queso que venía al vacío durante meses, lo mejor para mantener sus propiedades es meterlo en aceite de oliva virgen extra.

Conservar con papel parafinado

Este tipo de papel es ideal, ya que mantiene las propiedades del queso y lo protege del frío seco de la nevera. Por ello, cuando un queso venga envuelto en papel parafinado, podemos ponerlo sin problema en la parte baja del frigorífico, dándole la vuelta aproximadamente cada 10 días. 

Si hemos comenzado a consumir el queso, lo más recomendable es recubrir la zona de corte con plástico retráctil o papel de aluminio. Pero cuidado, no debemos tapar el queso entero, ya que así podrá seguir “respirando”.

Conservar el queso cortado en cuñas o trozos más pequeños

Si solo hemos comprado una cuña, podemos utilizar un recipiente hermético para conservarla.

Asimismo, también podemos conservarlo poniendo la cuña en un plato con un trapo humedecido que lo recubra. Si fuéramos a consumirlo en los próximos días, también puede cubrirse con papel de aluminio o de plástico.

Cuando veamos un poco de moho en la zona de corte, no debemos darle ninguna importancia, pues es algo completamente normal. En estos casos, lo único que hay que hacer es retirar el moho y consumir el resto sin ningún tipo de problema.

¿Se puede congelar el queso curado?

Como adelantamos en el titular, congelar el queso es una mala idea, ya que este perderá buena parte del sabor y aroma originales. Además, su textura también se verá muy afectada, pues se romperá y desmenuzará fácilmente. De igual modo,  al congelar el queso se detiene la maduración del producto. Es decir, los procesos fisicoquímicos que garantizan el buen desarrollo de los aromas y sabores se paralizan.

Por ello, la mejor opción para guardar el queso de manera indefinida es conservándolo en aceite de oliva virgen extra. Para conservar el queso curado en aceite de oliva durante meses hay que almacenarlo en un lugar fresco (que no supere los 20ºC) y en el que no dé la luz. Además, el recipiente debe ser de barro, PVC o acero inoxidable, ya que así garantizas que no se transfieran sabores ni olores.