¿Alguna vez has sentido molestias después de comer queso? Tal vez podrías ser intolerante a la lactosa. Pero, no te preocupes, si eres un gran amante de los quesos ¡no tienes por qué renunciar a este increíble sabor!

Desde Quesos Cabesota queremos informarte de todo lo relacionado con la intolerancia a la lactosa e indicarte cuáles son los quesos que ayudarán a facilitar la digestión.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa y cuál es la diferencia con la alergia?

Si una persona es intolerante a la lactosa significa que no puede digerir el azúcar (lactosa) que lleva la leche. En el caso de la que lo consuma, se puede encontrar con síntomas como la diarrea o la hinchazón de estómago. Esto se debe a la insuficiencia de una enzima llamada lactasa, que se forma en el intestino delgado. Por tanto, cuanto menor sea el nivel de lactasa, mayor será la probabilidad de que esa persona tenga intolerancia a la lactosa y de que experimente los síntomas que la produce.

Pero no te preocupes, en Cabesota, tenemos queso sin lactosa para que puedas disfrutar del auténtico queso de la mancha sin preocupaciones.

No obstante, para evitar confusiones debemos saber diferenciar la intolerancia a la lactosa con la alergia. Tener alergia a la leche significa tener alergia a las proteínas de este alimento. Aquella persona que la padezca experimentará reacciones digestivas, respiratorias o dermatológicas, y los niveles de intensidad variarán dependiendo de cada caso.

¿Qué quesos no tienen lactosa?

queso parmigiano y gruyere

Seguro que alguna vez has pensado que un intolerante a la lactosa no puede comer ningún tipo de queso. Pues no más lejos de la realidad. A continuación te detallamos todos los quesos sin lactosa que se pueden encontrar en el mercado.

Quesos manchegos

Los quesos de oveja procedentes de Castilla-La Mancha destacan por tener Denominación de Origen y un alto grado de maduración (más de 30 días), lo que significa que son ideales para los intolerantes a la lactosa.

Aunque nuestro queso Cabesota no tenga certificado de Denominación de Origen, lo fabricamos con productos manchegos de la mejor calidad. Si tienes intolerancia, te recomendamos que pruebes el queso curado y el queso reserva Cabesota, ya que cuanto más maduro sea el queso, más fácil será su digestión.

Mozzarella

La Mozzarella es uno de los quesos que más se consumen en el mundo, por ser uno de los ingredientes principales de las pizzas. Se fabrican con leche de búfala, lo que hace que tengan una fácil digestión. Si vamos al supermercado debemos fijarnos bien en la etiqueta, ya que ha de indicar que utiliza la leche de este animal, y no de la vaca, que no será tan apta para los intolerantes.

Cheddar

El queso Cheddar original, nacido en Inglaterra, no tiene prácticamente lactosa. Procede de la vaca, pero su proceso de maduración es bastante alto, ya que puede ir de unos meses a varios años.

Gruyère

El queso Gruyère procede de Suiza y es un producto libre de lactosa. Si en su etiqueta incluye “Denominación de Origen Protegida” o “DOP”, te garantizará que se trata de un producto sin lactosa y aparecerá la marca de “0 g”.

Idiazábal

Este queso se fabrica con leche cruda de ovejas del País Vasco y de Navarra. Tiene un alto grado de maduración (mayor a 90 días) y un sabor intenso.

Parmigiano o Parmesano

El Parmigiano o Parmesano es un queso italiano que contiene muy poca lactosa, concretamente 1 miligramo por cada 100 gramos. Se trata de uno de los quesos más falsificados del mercado, por lo que debemos comprobar que tenga en la etiqueta la “Denominación de Origen Parmigiano-Reggiano”.

Camembert

Este queso francés tiene una maduración mínima de dos meses, perfecto para la intolerancia a la lactosa. Se trata de un producto cremoso, ideal para acompañar con pan o para utilizar en la repostería.

Queso de cabra

Los quesos que proceden de la leche de las cabras son más ligeros y, por tanto, más digestivos. Puedes encontrar una amplia variedad en el mercado, desde quesos cremosos hasta quesos curados.

¿Cómo saber si un queso tiene lactosa?

intolerancia a la lactosa queso fresco

Cuando se fabrica el queso, la mayor parte de la lactosa permanece en el suero de la leche y muy poca se mantiene en la cuajada. A veces se suele recurrir al proceso de la glucólisis, que consiste en convertir todo resto de azúcar en ácido láctico, un compuesto que ayuda a la digestión. Cuanto mayor sea el tiempo del proceso de la glucólisis, menos lactosa tendrá el queso.

Pero, ¿cómo podemos comprobarlo? Pues tendremos que fijarnos en la información nutricional de cada producto. Si un queso tiene menos de 0,5 gr por cada 100 gr de azúcar, se trata de un queso con muy poca lactosa. También nos puede ayudar el elegir quesos como los que hemos indicado en el listado anterior, y no consumir quesos frescos ya que estos sobrepasan los 2 gramos por cada 100 gramos de azúcar.

¿Qué significa Naturalmente sin lactosa?

A la hora de comprar un queso podemos encontrarnos en el envase con la identificación de “Naturalmente sin lactosa”. Se trata de una nueva categoría en la que los amantes del queso y también intolerantes a la lactosa podrán comer tanto frescos, semicurados como curados sin preocuparse por sentir molestias, ya que facilitan la buena digestión.

Conclusión

Ya lo sabes, si sufres intolerancia a la lactosa puedes seguir disfrutando de uno de los alimentos más consumidos en el mundo: el queso. Eso sí, debes prestar especial atención a la información nutricional, detectando la cantidad de azúcares que contiene y asegurándote si posee Denominación de Origen Protegida.

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